Jesús… Luz y Misericordia.
Por: Mildred López Martínez
digo tu nombre,
dibujo tu presencia,
escucho tu voz,
y en lo profundo de mi alma
surge la paz,
la calma y el perdón.
…
Toma alas mi pensamiento
y danzo con el viento,
recorro senderos
y busco tu luz;
ese faro que alumbra
el inicio de un puerto
donde todos llegamos
en busca de tu aliento,
tu promesa infinita,
tu consuelo y tu amor.
…
Los que te conocen dicen,
que Tú eres el camino,
y que morada haces
en cada corazón,
que tu templo da vida,
el despertar a un mundo
de verdad y de razón.
…
Si el destino juega
con tus ilusiones,
y no te permite
que tengas la luz,
recuerda que un día
serás bendecido
si tiendes tu mano
con una plegaria
y al cielo le pides
que venga “Jesús”.
…
Jesús te aconseja
y quiere ser tu amigo,
dale hospedaje en tu corazón
y has que nazca en ti
la morada perfecta,
que sea la esperanza
a un futuro mejor.
…
A veces, me pregunto
qué pasa en mis hermanos
porque no te conocen
y ven tu gran bondad,
tan inmensa y sublime
que llena todo espíritu
y el cuerpo se transforma
y quita “ceguedad”.
…
Mi “casa eterna” espera allá,
en el alto cielo,
por mí y otros hermanos
que te han sabido amar,
que sembraron semilla,
recogieron cosechas,
brindaron primavera,
levantaron murallas
y fueron los soldados
ganando la batalla
contra la “Gran Maldad”.
…
Por tu misericordia
tenemos “Nueva Vida”,
y tus rayos de luz
son como manantiales
para saciar la sed,
el agua clara y viva
ante tantos lamentos
de un mundo desolado
de hermanos en desgracias,
rodantes en tormentos,
perdidos e ignorantes,
llenos de sufrimiento
por no tener la fe.
…
Hoy, hay una esperanza
según alumbra el día,
que nace con el sol
y como estrella brilla
dándonos la alegría
de una salvación
que un día en esa cruz
nos diste con tu vida.
Oh! Maestro divino.
Oh! Maestro de amor.
…
Mi Cristo está viviente
y lucha cada día;
al tenerte conmigo
las tristezas se van,
las heridas se sanan
y surge un nuevo cuerpo,
quedando en el pasado
la oscuridad, el desierto;
para encontrar caminos
hacia la nueva vida,
renovador descanso
promesa del Señor.
…
Sueño con ese día,
el encuentro en el tiempo
en que todos te aclamen
cuando te vean pasar,
y sentarme en los prados
como en los viejos tiempos
para que tu palabra
germine el alimento
que me lleve a los reinos
donde Tú siempre estás.
C 2013 MLM
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