lunes, 23 de junio de 2008

Das Leben der Anderen The life of others La vida de otros



Fuente del Afiche : http://borderdusklands.wordpress.com/2008/02/17/life-behind-the-iron-curtain/

Finalmente el domingo 15 de junio de 2008 encontré el tiempo y el espacio adecuado para sumergirme en esta historia. Este filme del año 2006 ausculta el monitoreo meticuloso de las actividades cotidianas de los intelectuales (artistas, escritores) antes de la caída del Muro de Berlín (jueves 9 de noviembre de 1989), específicamente a una pareja de novios en el período que va de 1984 a 1985 en la ex República Democrática Alemana perteneciente al bloque soviético; él Georg, dramaturgo, interpretado por Sebastian Koch, por otro lado Martina Gedeck da vida a Christa, actriz de teatro. Toda esta casta de humanistas con ese¨ joie d’ vivre¨ único, esperanzador, la cual como en todo sistema represor queda neutralizada, muerta en vida.
Los métodos de la Stasi, la policía secreta de la Alemania del Este, a tales fines son llevados a cabo con una eficiencia perturbadora. Todo pensamiento intelectual es político, no me viene a la mente quien declarara tan comprobada verdad. Más aún toda dictadura es neurótica, vive un contínuo clima de suspicacia incluso para quiénes le aplauden. Los escritores son los ingenieros del alma, según Jozef Stalin, palabras mayores, si importante es el mensaje, cuestionemos quién lo dijo, a cuál tipo de ingeniería se refería.
El estado totalitario desconfía, siempre intenta develar lo oculto de la mirada del pensamiento intelectual. Esto queda registrado de manera magistral en el filme. La maquinaria tiene que estar bien aceitada, todos tienen que tocar la misma canción en estas imbricadas relaciones de poder. El supuesto círculo protegido, termina por convertirse en sospechoso, se duda si realmente son quiénes afirman ser, es una paranoia sin límites. Esa es una constante; el que oprime desata su furia represiva al menor indicio de provocación, se justifica en pos de la seguridad nacional, entiende sin duda razonable su rol ; dejar claro quién domina a quién.
Me resultó interesante como se construyen los personajes, el director Florian Henckel Von Donnesmarck leyó, investigó los archivos secretos, cuyas facilidades podemos apreciar en la pantalla, entrevistó a represores e intelectuales; escuchó ambas versiones para tener el mejor cuadro posible. El propio actor (Ulrich Mühe) que interpreta al policía fisgoneador fue víctima en la vida real de este carpeteo, luego con la caída del muro y la consecuente unificación de ambas Alemanias, tiene acceso a sus expedientes conoce con nombre y apellido a sus delatores, algunos de ellos compañeros de teatro, ahora el tiempo ha sanado heridas.
Por lo planteado diríamos es un thriller político convencional mas, diríase para algunos una historia de amor imposible, cuán lejos del tono, a pesar de la densidad del tema, el director logra cautivarnos con la intimidad alcanzada, nos va llevando de la mano. Logramos, al menos en mi caso, comprender el entresijo de esta realidad hasta antes desconocida pero similar a otras estudiadas. A mis ojos me pareció viajar al mundo de historias sugerentes no contadas del arte del pintor norteamericano Edward Hooper, uno de mis favoritos, los planos, los exteriores, calles desoladas, interiores sobrios, conjugación del paisaje con el clima psicológico del drama. Personajes ¨secuestrados¨ del aparato político, pero en todo sistema opresor el factor humano inclina la balanza, en este caso podríamos sugerir una versión de Síndrome de Estocolmo desde otro ángulo inusual, claro hay que ver la película para confirmar mi apreciación.
La vida de otros es un drama apto para plantearnos preguntas sobre el valor de la libertad, la esperanza, el rol del arte y los artistas en la sociedad, la consecuencia de palabra y acto, hacia dónde se dirige la humanidad, temas sin fecha de caducidad, la vida de otros puede ser inclusive, la de nosotros.

José G.Santos Vega

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